Respuesta rápida: ¡Juega a Un imperio en 8 minutos!
Qué problemas resuelve este juego y qué se consigue jugando:
El presidente de aquella empresa me llamó para que le diera un empujón a uno de sus directivos: era una persona nueva en el cargo y necesitaba aumentar su capacidad estratégica. De manera rápida, fácil e indolora. ¿No te llaman siempre con muchas prisas?
El directo, al que llamaré José, tenía la inquietud habitual de alguien que acaba de llegar y estaba ávido por mejorar sus destrezas. Saqué la caja del juego y abrió los ojos, incrédulo.
Los juegos de estrategia son fundamentales para mejorar habilidades ejecutivas. Pero normalmente se necesita alrededor de una hora para jugar y empaparse de todo lo que proporcionan juegos así. La excepción es Un Imperio en 8 Minutos, un juego rápido que se puede terminar en menos de 20 minutos entre 2 a 5 jugadores. Consiste en gestionar una serie de monedas con las que se empieza a jugar, monedas que permiten elegir cartas para expandir los dominios de tus fichas por el pequeño tablero. Las cartas contienen mercancías y acciones a realizar en cada turno, y al mismo tiempo que las acciones te permiten aumentar tu dominio de las partes del tablero. También hay que prestar atención a las mercancías porque al final te darán puntos también. Se tiene que estar atento a los dos aspectos a la vez durante el juego, además de saber en qué y cuando invertir las monedas que te van quedando.
Aunque debido a sus instrucciones, es un juego que tiene poco margen de maniobra porque se juega rápido y se termina pronto, eso es precisamente lo que potencia que los jugadores tengan que trabajar con su capacidad de gestión y adaptación. Hay pocas rondas para marcar diferencias entre jugadores, y pocas diferencias entre las acciones, dentro de un tablero pequeño por excelencia. Así que quien gestione de manera más ajustada todo esto, es quien gana la partida. ¡Y se lleva varios aprendizajes consigo!
En mi caso primero siempre juego yo a solas con el cliente, para tener más control sobre los elementos de juego y preguntar al cliente sobre lo que le haya llevado al otro a realizar sus acciones y movimientos.
Normalmente juego dos partidas y, si es posible, luego invito a algún compañero que ya sepa jugar y tenga más conocimientos de estrategia empresarial.
Lo interesante es que si hay más jugadores, hay que aprender a hacer más con menos, algo extrapolable a situaciones laborales y personales. Se intentarán entonces estrategias para adaptarse a las posibilidades disponibles en el tablero, lo que potencia nuestra capacidad de adaptación. Si con nuestras acciones en los juegos podemos trazar paralelismos con nuestras acciones en la vida, ¿quién dice que no podemos aprender jugando?
Semanas después, José me llamó para agradecerme las sesiones que pasamos trabajando con los juegos. Este en particular le había gustado tanto que fue a Jaque Juegos a comprarlo y luego se lo enseñó a su familia y amigos. Me dijo que ya tiene algunas piezas gastadas. Por eso no he vuelto a jugar con José a este Imperio: seguro que ahora es mucho más estratega que yo y me gana en menos de 8 minutos…