Llevaba un rato esperando a unos amigos y paseé mi vista por el pequeño bar. Vi a una mujer sola echando unas cartas del tarot o algo parecido sobre la mesa y me acerqué.
-Perdona, ¿echas las cartas?
-Sí. –La mujer me devolvió un rápido brillo de ojos y una sonrisa algo desgastada.
-¿Y cuánto…?
-La voluntad.
Me senté con energía con los ojos abiertos a la novedad. Siempre me había llamado la atención ese arte adivinatorio. Miré la mesa mientras la mujer recogía las cartas con rapidez y las mezclaba. “Mejor que no las toque yo”, me dije mientras me daba palmaditas en las rodillas.
Cuando puso unas pocas cartas boca abajo y empezó a darles la vuelta, la primera sorpresa no fueron las predicciones. Las cartas no tenían imágenes conocidas o clásicas, sino dibujos de situaciones abstractas.
-Esta carta tiene que ver contigo –señaló.- Ésta con lo que te preocupa. Esta con los obstáculos… -Y así siguió explicando la relación entre las cartas.
Señalé una que era el dibujo de un niño mirando con curiosidad a través de un agujero de una pared. El niño llevaba una correa que terminaba en un caracol que leía un libro abierto donde un perro ladraba a la luna, que señalaba al niño.
-¿Pero qué significa esto en relación a lo que me pasa?
-Eso lo tienes que decidir tú.
-¿No me lo tienes que contar tú?
-Lo que tú te cuentes será más fuerte que cualquier cosa que yo te diga.
Ese es el verdadero “poder de las metáforas”. Cualquier oráculo transmite metáforas que son aplicables a todos pero que cada cual entiende a su manera. Si alguien te interpreta una imagen, deja de tener gracia porque todos podemos entenderla de otra manera. De nuestra manera.
Por eso, cuando encontré una colección de símbolos descatalogados en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, supe que había dado con una herramienta muy potente para que mis clientes y amigos vieran, sintieran y se contaran la misma historia de otra manera.
Con esos símbolos creé COMET, el juego metafórico que se puede jugar y relacioné los símbolos con las siete metáforas universales del cambio.
COMET tiene varias posibilidades de juego: desde una tirada de tres cartas al azar, hasta una más extensa de diez cartas. Y también se pueden elegir cartas de manera “racional” y más “conscientemente” dependiendo de la metáfora general de cambio que se necesite trabajar.
Aquí puedes tener más información sobre THE COMET GAME.
Aparte, ¿qué crees que puedes hacer con metáforas? ¿Cómo las utilizas en tu día a día?
¡Gracias por dejarme tu comentario!
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